Probó un trozo de fruta. No le gustó. Lo escupió.
Probó un trago de vino. No le gustó. Lo escupió.
Probó vivir un rato. Tampoco le gustó. Sin embargo, esta vez, fue la vida quien lo escupió a él.
06 enero, 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario