23 diciembre, 2007

Cuento de lunes enloquecido (Eugenio Mandrini)

-He venido a matarlo- dijo el empleado de más antigüedad.
-Sea realista- dijo el banquero, imperturbable. -Piense que veinte años atrá, podría haber comprado un fusil. Quince años atrás, una pistola 32. Diez años atrás, cuchillo de mesa. Pero hoy apenas le alcanza para un alicate, un desafilado y endeble alicate nacional. En suma, usted no está en condiciones de matar a nadie.
-Sin embargo, he venido a matarlo- dijo el empleado.
-Ridícula pretensión la suya- dijo el banquero. -Trae usted las manos vacías y no se le notan bultos sospechosos en los bolsillos...
-Aún así, voy a matarlo- dijo el empleado.
-¿Pero cómo?- dijo el banquero, al fin intrigado. -¿Cómo lo hará uted?
-Así- dijo el empleado y comenzó a desanudarse la vieja y sucia corbata endurecida como una soga.

Convivencia (Mario Levrero)

Los frascos de salsa ketchup vienen con un tapón especial; luego de enroscarlo como cualquier tapón normal, es preciso hacer un pequeño esfuerzo más para conseguir un giro más profundo que lo afirme. Esto es importante, porque el frasco debe sacudirse enérgicamente antes de utilizar la salsa o de lo contrario sólo saldría un líquido chirle en lugar de la salsa consistente. Pues bien, después de usar la salsa ketchup ella se limita a colocar el tapón sobre el frasco, sin darle ni siquiera el primer giro normal como a cualquier tapón de rosca. Me pregunto si entre nosotros sería posible la convivencia.

Negación (Raúl Brasca)

Cuando ella se le negaba, él se mostraba comprensivo; cuando ella provocaba a otros hombres, él fingía divertire; cuando lo engañaba con descaro, miraba hacia otro lado. Finalmente ella se cansó y le pidió el divorcio.

El iluso y los incredulos (Ana María Shua)

Hace calor. En el bar un grupo de hombres miran sin mirar los polvorientos rayos de luz que se filtran a través de la persiana.
-Puedo caminar por esos rayos- dice el iluso
Los hombres se ríen y hacen apuestas. El iluso se trepa a uno de los rayos de luz, intenta dar un paso, tambalea y se cae. Los incrédulos cobran sus apuestas

Sueño de la mariposa (Chang Tzu)

Chuang Tzu soño que era una mariposa. Al despertar ignoraba si era Tzu que había soñado que era una mariposa o si era una mariposa y estaba soñando que era Tzu.

Cien (José María Merino)

Al despertar, Augusto Monterroso se había convertido en un dinosaurio. "Te noto mala cara", le dijo Gregorio Samsa que también estaba en la cocina.

La novela más corta de todas (Norman Mailer)

Al principio ella creyo que podría matarlo en tres días. Y casi lo logró. El corazón de él casi no pudo soportar los elogios de ella. Luego pensó que le llevaría tres semanas. Pero él sobrevivió. Al cabo de tres años, él seguía con vida. Por tanto, se casaron. Hace ya treinta años que etán casados. La gente habla de ellos calurosamente. Se los conoce como el mejor matrimonio de la ciudad. Lo único malo es que los hijos se les mueren

El dinosaurio (Augusto Monterroso)

Cuando se despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.

Ladrones de gallinas (Isidoro Blaisten)

Hamlet: Ladran, Shakespeare, señal que...
Shakespeare: ¡Rajemos!

El loro (Luis Franco)

¡Qué lástima! He llegado al dominio de la palabra cuando ya el fonógrafo y el hombre la habían desacreditado.

Ciencia Ficción (Albis Torres)

Y si llegara un hombre verde
Y si llegara un hombre verde
Y si llegara un hombre verde o azul
En una nave
Qué diriía de mí, tan despeinada
Sin adornos ni gracia.
Qué diría de todos por mi culpa

Canción cubana (Guillermo Cabrera Infante)

¡Ay, José, así no se puede!
¡Ay, José, así no sé!
¡Ay, José, así!
¡Ay, José!
¡Ay!

Cuentas regresivas

5, Estás siempre contando para atrás. Siempre esperando algo.
4, Estás exaltado con esa nueva idea que no para de rebotar en tu cabeza.
3, Pero algo siempre se cruza y te corrompe esa ilusión.
2, Dejás de lado esa idea, y comenzas de nuevo.
1, Al final, ¿qué es lo que estas esperando? ¿Qué algo nuevo te llame más la atención?
5.

18 diciembre, 2007

Puede ser...

Dejalo que se mate! Si muerto va a vivir más tranquilo.

13 diciembre, 2007

La Fabrica (Vale Van Gent)

En esta fábrica no se construye nada;
No, nada.
Qué, es que siempre tiene que construirse algo en una fábrica?
Esta también es una fábrica,
Una muy buena,
Y no se construye nada…
No hay gente,
Para que necesitamos gente
Si no se construye nada?
No somos más que dos personas,
Mi esposo y yo…
Pero no se confundan,
Esto si que es una fabrica!
No es una fábrica convencional,
Pero es una al fin!
Si se hacen cosas en esta fábrica,
Sólo que no se construye nada.
Ustedes no saben lo que se hace en la fábrica…
Nadie se lo imagina…
Nadie sabe que aca jugamos…
Sí, jugamos con la vida de las personas…
De cualquier persona…
Es muy divertido, saben??

Ay no! lo dije…
No tendría que haberlo echo…
Nadie puede saber esto…
Y si alguien me escucho?!
Ay no!, y ahora qué va a pasar?
No pueden saber,
No tienen que enterarse!
Qué va a ser de mi si se entera?
Me echa, no peor, me mata,
nono, mucho peor, va a jugar con mi vida!
Y que va a pasar con el que escuche?
Se lo va a decir a otro; y ese otro a otro más...
Y asi se va a enterar todo el mundo...
Aunque el primer otro podría no creerle al que le diga...
Pero entonces se lo diría a alguien más!
Y si ese no le cree, a alguien más!
Y otra vez se enteraría toda la sociedad!

Pero, no creo que nadie me halla escuchado..
Si total, aca no hay nadie. Estoy yo sola...
No, no creo que nadie se entere de esto…
Pero tengo que tener cuidado,
No tengo que volver a decirlo…

No, no…
Nadie lo escucho,
Nadie lo escucho…

Por Inducción

-Veo, veo
-¿Qué ves?
-...
-¿Qué ves?
-...
-¡Boludo!¡Toy podrido de que te hagas el pajero y no contestes!
-...
-...
-...
-...

Mirones

-Zarpadas tetas tenía la guacha...
-¿Qué se murió?
-Creo que no... fijate allá abajo, ¿está?
-No, pero las tiene un toque más caídas...

Hist*ria

Enojada saco su garrote y se lo partió en la cabeza. Ya en la prehistoria existía la infidelidad.

Dulce Venganza

¿Querían postre? Ya lo van a tener...Sacó un cuchillo y untó el dulce de leche en los panqueques.

09 diciembre, 2007

Fracaso

Tenía que escribir un cuento. Fue en busca de papel y lápiz, se sentó en el escritorio y pensó. No se le ocurrió nada así que decidió abandonar. Se fue a tomar un café, resignado por no haber podido escribir ni una sola palabra.

Plan fallido

-¡Si tiramos a Mérida por la ventana va a caer de pie!-

Trabajo Duro

Había una vez un pibe de unos veinticuatro años que nunca duraba mucho tiempo en sus trabajos porque no ponía empeño.
Todo fue así, hasta que se puso un changuito donde vendia cubanitos rellenos de dulce de leche.
Vendiendo se aburría, pero como el puesto estaba en pleno centro, no paraba de mirar mujeres.
Así de esta manera, consiguió al fin trabajar duro por primera vez en su vida.

El tesoro

-Wow, ¿qué es eso?-
-Nada, es solo un...- y lo guardó

Peor

¡Te estoy levantando el dedo porque me duele y vos me saludas pedazo de pajero!

Publicista

Por fin había conseguido una frase con la cual mucha gente compraría nuestro paquete.
“Si quiere dejar de sudar, no hay nada mejor que Suicidarse”
-¡Por fin una labor coherente!. Si sigue así pronto tendré que darle un ascenso- me felicitó el jefe desde su trono.

Tarea

Estaba sentado en la computadora escuchando Bersuit y comiendo una tostada con mermelada de ciruela. Bastante cómoda era mi vida hasta que me acordé que tenía que estudiar la letra que me tocaba en una obra de teatro porque me iba a tomar al día siguiente. Para colmo no tenía ni la fotocopia, ni ganas de levantarme de la PC.
Entonces se me ocurrió ponerme a jugar al buscaminas tratando de sacarme de la cabeza mis deberes escolares. Arranqué a jugar lo más piola pero me empecé a desesperar como siempre que juego a ese juego de mierda. ¡No puede ser tan complicado encontrar 99 poronguitas en un cosito de nosecuanto por nosecuanto otro! En mi desesperación me volví a acordar de la tarea de teatro. Re caliente. Ahora encima de tener que estudiar, me había obsesionado con el jueguito garcha ese.
Traté de salir de la compu para ver si el Pelado tenía la fotocopia. Fui al living donde estaba el teléfono. Estaba hablando mi hermano. Tenía más mala leche. Encima el negro de mierda este tarda cantidad cada vez que agarra el teléfono.
Entonces me fui a escuchar un rato música hasta que mi hermano terminara. Me puse a cuchar otra vez música en la compu y me volví a enloquecer con el buscaminas. Tampoco lo pude ganar así que me saqué mal.
Le grité a mi hermano para ver si había terminado con el teléfono.
-Si, ya está-
“Listo, ahora lo llamo al Dolape, consigo la fotocopia y me la aprendo al toque”
Minga. Lo llamé y el muy pavo no la tenía. Encima cerca no había nadie más, salvo Yani pero ni ganas de ir hasta allá. Son como tres cuadras y no daba tanto esfuerzo por teatro. “Ya fue no estudio nada.”
Ahora sólo me quedaba una cosa y a esa no me iba a resignar, por lo menos sin intentarlo unas cuantas veces más. ¡Buscaminas de mierda!

Vivir

Tosiendo, ¿cuánta gente está?
Fábricas inundan de humo la ciudad
Muriendo mucha gente hay
¿Y no pensas que ese humo es la verdad?

Sentado aquí ya no quiero estar
Mejor pararse y empezar a reaccionar
Futuro si vos querés tener
Es preferible que te dejes de joder

Es que este mundo así no puede continuar
Es que este mundo así solito va a estallar
¿Por qué mejor no lo ayudamo’ a revivir?
¡Ahora juntos comencemo’ a combatir!

Cansada mi alma ya está
Con este ruido ella no puede descansar
Furioso mi cuerpo va a estallar
Con toda mierda juntos vamos a acabar

Es que este mundo así no puede continuar
Es que este mundo así solito va a estallar
Ya me cansé de siempre tener que sufrir
¡Ahora juntos empecemos a vivir!

Preguntaba nomás

-Che, ¿y si en vez de hacer el asado hacemos una ensaladita de puerro, lechuga y tomate?-
-Callate y dejá de decir pelotudeces.-

Venganza

Te lo haré una y mil veces. Dos y dos mil. Tres y cuarenta y dos.

Cansado IV

Estaba todo demasiado iluminado cuando descubrí que a mi alrededor sólo había sombras. Frías y oscuras, éstas me trataban como si no fuera como ellas. Era coherente, no era una sombra y tampoco quería serlo.
Me senté en un rincón y los sombríos susurros se convirtieron en gritos en mi cabeza. Ya no los aguantaba. Fue por eso que decidí tomar una siesta.
Soñaba que las sombras se aclaraban, se embellecían. Pero demasiado. Brillaban demasiado. Yo, en cambio, me sentía opaco. Quizá haya sido por la luminosidad de las sombras, quizá porque realmente me estaba opacando.
Cuando desperté estaba solo. El cuarto vacío. Me sentí, dentro de todo, bien. Era lo que quería.
Unos días después, la alegría se había desvanecido. Creo que incluso yo me había desvanecido. Intenté cerrar nuevamente los ojos pero no iban a darme nunca más otra oportunidad.

Perdoname

Empecé por casa. Le abrí. Llegué al parque. Fui y vine del dique. Volví del Calvario. Pasé, de prepo, por el Centinela y la Movediza. Casi me quedaba por fin en el Cerrito, cuando me tocaste el hombro.
-¿En qué estábamos?-

Necesidad

Me tratan de loco. ¡Si yo ya no tomo más las pastillitas!

Más de una vez

Un niño que ya conocía, pero que no recordaba de donde, me saludaba desde la tapa de un libro. Lo abrí y me perdí. Ahora recuerdo claramente: el niño me hizo caer nuevamente en su trampa. Desde chico me gustaba leer este libro.

Grito al cielo

Tengo una obsesión con un tipo de mujeres, Me excitan esas que tienen las nalgas gigantes y celulíticas. Esas que tienen los senos rechonchos y cabizbajos. Me derriten las que tienen en el abdomen tantas grasas que este, al tocarlo, consigue un movimiento gelatinoso casi perfecto.
Lástima que en mi país, esas mujeres que logran conseguir ese Edén corpóreo solo se ven en televisión. Por eso es que quiero hacer público mi grito al cielo: ¡Por favor políticos hagan algo para parar esta maldita desnutrición!

Quiero ser papá

Estaba acostado en la cama cuando llegó y me pidió que le cortara las uñas de los pies. Me alcanzó la tijera, levantó su pierna y me la apoyó justo en los huevos. En ese momento me convencí de que debía comenzar los trámites del divorcio de inmediato si quería tener hijos. En especial con una esposa a la que le crecen tan rápido las uñas.

Decisión

Tenía esmalte en un dedo. En uno solo. No le gustaba como le quedaba. ¿Qué haría? ¿Se pintaría el resto? ¿Se lo quitaría? Después de titubear un par de minutos se fue. Al rato fue su mano quien volvió.

El Palo

Se inundó. Traté de salir. Logré llegar a superficie. Floté esperando que todo pronto se seque. Finalmente la sequía llegó. Hasta que a Marta se le ocurrió volver a cebarse un mate.

Historia predescible de final obvio

-Andá a comprarme aspirinas.- me pidió mi vieja a las 10.
Sin quejarme más que porque me tenía que poner las zapatillas salí de mi casa hacia el quiosco de acá a la vuelta. Cuando llegué le pedí las aspirinas pero, sin embargo, Miguel me respondió que estas ya no se podían vender en los quioscos y que, si quería conseguir, tenía que ir hasta la farmacia.
Bajón. La farmacia más cerca está como a seis cuadras y no tenía ganas de patear hasta allá. Cuando estaba como a dos cuadras vi que la luz del cartel de la farmacia estaba apagado, como todos los de la cuadra.
-¡La puta madre!, ¡no está de turno!- me dije en voz alta.
Así que, luego de decir esto me volví para mi casa, porque no tenía ganas de caminar al pedo.
Cuando llegué a casa e intenté prender la luz, me di cuenta de mi mala leche. ¡Estaba todo apagado porque se había cortado la luz! Ahora mi vieja mi iba a hacer volver a ir para ver si de alguna puta casualidad estaba de turno y, sino estaba, me iba hacer ir a la otra del pueblo que quedaba como a doce cuadras de mi casa, pero para el otro lado. Le conté a mi vieja y ella me dijo que no le importaba cual de las dos farmacias estaba de turno pero que le dolía el marote y quería tomarse un par de aspirinas para ver si se le pasaba y que, por ende, tenía que conseguirlas si quería salir esa noche. La verdad era que esa noche no pensaba salir pero como por lo general es un escándalo cuando quiero salir, iba a aprovechar esta oportunidad para ir y agarrarme un buen pedo. Entonces decidí ir a la que ya había ido que era la que pensé que iba a estar abierta porque, no se por qué, pero me pareció que esa iba a estar abierta.
Cuando llegué obviamente estaba cerrada (si hubiera estado abierta la historia terminaría re aburrida, llegaría a casa con las aspirinas, hubiera salido y me hubiera gastado todos mis ahorros en escabio y hubiera terminado en cana por hacer quilombo a la salida del boliche, o por lo menos eso me imaginé cuando vi esa puerta de mierda cerrada). Así que después de caminar seis cuadras, tenía que caminar como veinte más por pajero.
Empecé a caminar, ahora iluminado debido a que las luces volvían a funcionar, y después de cruzar la Avenida del Hoyo, vi un grupito de chicos. De esos que usan gorritas y chalinas. Al verlos crucé de vereda y, al toque que lo hice, ellos empezaron a cruzar todos juntos. Empecé a correr como loco, sin darme cuenta que iba para cualquier lado. Después de correr como seis cuadras haciendo zigzag me di cuenta que no estaba tan en cualquier lado y que solamente me había desviado tres cuadras.
Así que volví a mi misión aspirinetera un poco agitado. Al entrar en la farmacia, después de caminar el resto de las cuadras sin más lío, pedí las aspirinas y, cuando tenía que pagar me di cuenta que se me había caído la billetera. Putié y putié en todos los idiomas que sabía y me fui a ver si, de casualidad, la encontraba.
¡La encontré! Estaba en la esquina donde había doblado para zafar de los muchachitos esos, y estaba justo en la mano derecha de uno de ellos. Otro dilema, o me hacía el boludo y pagaba con mi plata que tenía en el bolsillo y que, dicho sea de paso, pensaba gastármela para emborracharme esa noche después de llevarle las aspirinas a mi vieja, o trataba de recuperarla haciéndome el He-Man. Elegí la primera tratando de asumir que iba a tener que gastar parte de esa plata en las malditas aspirinas. Corrí hasta la farmacia, por las dudas de que alguno de los afortunados que encontraron mi billetera me viera y pagué.
Volví al trote a casa, haciendo dos o tres cuadras de más para no cruzarme con nadie. Cuando llegué, le di las aspirinas a mi vieja y me tiré en el sillón un rato.
-¡Teléfono!- me despertó una hora después.
-¿Quién es?-
-Que sé yo, algún amigo tuyo- me dijo pasándome el tubo.
-Hola, ¿quién es?-
-Nico, che, ¿salimos?-
-Nah, no hay ganas, me parece que me tomo una aspirina y me voy a acostar porque me duele la cabeza.-

Las chusmas de siempre

Todo el mundo habla de eso. A mi no me molesta. ¿Por qué habría de hacerlo? Dicen que hace un par de días la vieron con otro. Me lo cuentan aterradas, tratando de sentirse apiadadas de mi. A mi me causa: no se enteraron que hace ya un año que no estamos juntos.

Crece

Preferí seguir con mi sequía de pensamientos que dejar crecer esa plantación de tristeza, que es tan natural en la gente que piensa demasiado.

De manos

Me refriegan sobre sus cuerpos esperando suavidad, para luego encerrarme en un frasco como si fuera mayonesa. ¡Ya no respetan siquiera el hecho de que sea importada!

Decepción

Se rió. No era un chiste.

Cansado III

Me mudo. Ya no banco al humo. Desde que llegó no me deja fumar tranquilo.

Cansado II

Tomando una taza de té, salté. Llegué al cielo. Desde abajo protestaban y bajé. Después de haber conocido el cielo, no me gustó lo que vi. Al poco tiempo volví arriba: sin darle importancia a las quejas, logré vivir más feliz.

Cansado I

-¿Cuánto sale una vida?- pregunté.
El vendedor me contestó. Salí. Está tan caro vivir que preferí seguir como estaba.